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TODO AL PACTO HISTÓRICO

  • Foto del escritor: Manuel Beltran
    Manuel Beltran
  • 22 oct 2023
  • 4 Min. de lectura

El pueblo debe votar al Pacto Histórico y a sus aliados en estas elecciones regionales no solo por cuestiones ideológicas o partidistas, debe hacerlo porque es lo más práctico para sus intereses. Votar por el Pacto Histórico significa apoyar las reformas que buscan beneficiar al pueblo. Votar por el Pacto Histórico representa seguir avanzando en el camino de transformación que se empezó en la calle y siguió en las urnas. Votar por el Pacto Histórico concreta el objetivo postergado de llevar el cambio del centro a los territorios de las regiones. Las cuestiones ideológicas sobran, en especial, porque el Pacto Histórico es una coalición muy amplia, que no está definida al estilo de un partido, por tanto, le sobran las contradicciones, como esa de querer acordar y acordar un cambio de fondo de la mano del antiguo régimen. Sin embargo, en estos momentos cumple la función de un partido, que aglutina y respalda al gobierno popular. En la práctica, votar por el Pacto Histórico significa respaldar al gobierno del cambio y fortalecer políticamente al bando popular para que la transformación en el país siga avanzando y no sufra un revés a nivel local. Esto no significa ignorar las contradicciones o los errores que se hayan cometido. Tampoco se trata de haber cedido a los sectores tradicionales, en la gran mayoría de casos, el Pacto Histórico se mantuvo leal a sus principios para elegir a sus candidatos o se hicieron acuerdos por encima de la mesa con otras fuerzas regionales mejor posicionadas y que también respaldan el proceso de cambio. Por otro lado, votar al Pacto Histórico prepara el camino para que el bloque que llevó a Petro a la presidencia defina sus cartas y se fortalezca de cara a las elecciones presidenciales del 26.


Se debe superar la inútil y eterna pelea por la conformación de las listas cerradas o abiertas y aprovechar las ventajas que da ir a las urnas con un nombre y un logo únicos que aglutinan a tantas fuerzas tan diversas. En especial, esto es importante si se tiene en cuenta que esto es otra batalla contra el establecimiento, que apuesta a propinarle una derrota al gobierno, que lo debilite de tal forma, que le sea aún más difícil sacar adelante sus reformas. Además, los mismos de siempre planean usar estas elecciones como base para volver al poder en el 2026. No solo han empleado su poder mediático para ignorar a los aspirantes del Pacto Histórico, sino que los grandes medios han hecho campaña por los candidatos de la derecha de forma descarada. Esto se suma a la campaña sistemática de desprestigio, noticias falsas y manipulación que los grandes medios corporativos lanzan a diario contra el gobierno y su coalición. Sin embargo, no ha sido la única táctica sucia que han empleado para impedir un nuevo triunfo electoral del Pacto Histórico. Han negado sistemáticamente la financiación a los candidatos para que no puedan pagar la publicidad necesaria o tener otros gastos de campaña, como es el caso de Bogotá, donde a Gustavo Bolívar se le negó la financiación para afectar su desempeño y favorecer a los candidatos peñalosistas. Otro caso fue el de la Registraduría, en manos de la derecha, que dejó al Pacto Histórico sin su logo en el tarjetón, con lo cual salta a la vista el deseo de perjudicar. No obstante, estas artimañas evidencian el miedo que genera la fortaleza del Pacto Histórico y la ventaja que tiene el pueblo de votar a una sola lista y a unos candidatos definidos.


En materia regional la disputa está marcada contra los clanes políticos en todas las regiones, que no quieren ser desbancados por las fuerzas del cambio y usan todo su poder para sostenerse. Se aprovechan de la condición más conservadora y menos progresista en los sectores tradicionales de las regiones. Sin embargo, el protagonismo creciente de las regiones y el aumento de su peso en la economía nacional van modificando de a pocos el escenario. Primero, es la oportunidad de que el uribismo, la extrema derecha, se reduzca a ser una fuerza regional, anclada en Antioquia. A su vez, Independientes, que representa a un sector más liberal, se perfila para la campaña de 2026 con Quintero. Por otro lado, está Fuerza Ciudadana, de Carlos Caicedo, que también aspira a pasar de ser un partido regional a convertirse en un partido de peso nacional, de cara al 26, para suceder a Petro y al Pacto Histórico. Es decir, estas elecciones regionales del 23 marcan el camino para fortalecer el proceso de cambio y el futuro del mismo. De allí la importancia de que las fuerzas del cambio, unidas en torno al Pacto Histórico y a sus aliados, Fuerza Ciudadana e Independientes, alcancen la victoria como la coalición de centro izquierda que ha liderado la transformación de cambio en Colombia y que deberá defenderla en las próximas elecciones legislativas y presidenciales.


Hay que recordar dos momentos históricos diferentes, pero que deben conjugarse para esta ocasión. Me refiero a la lucha de los comuneros desde la periferia y la lucha de los artesanos desde la capital. Ambos momentos de gestas y luchas populares deben conjugarse para lograr los cambios y proteger al gobierno popular, tanto en las regiones, como en el centro del país. De la lucha de los comuneros debemos extraer la lucha de los cambios desde los territorios. De la lucha de los artesanos debemos rescatar la revolución desde la capital y la defensa del gobierno popular. Los comuneros alcanzaron reformar mediante la movilización. Los artesanos defendieron, junto al Ejército Libertador, al gobierno popular de José María Melo. Hoy debemos hacer lo mismo y eso se hace votando por el Pacto Histórico. Hay que apostar a los cambios en las regiones votando por el Pacto Histórico. Hay que defender al gobierno popular en la capital frente las conspiraciones golpistas de la extrema derecha votando por el Pacto Histórico. De nosotros depende seguir adelante o retroceder, el presente y el futuro están en juego. No hay que caer en la manipulación de los grandes medios y sus encuestas, no hay que ceder ante el chantaje del gamonal de la región, no hay que creer en el Estado de opinión que intentan imponer en las ciudades; la forma más sencilla y práctica es votando por los candidatos y listas del Pacto Histórico. Los errores y contradicciones son parte del nuevo país que se construye, en su debido momento deberán ser corregidas, pero, para ello, hay que dejar que existan y no mueran en la cuna, a un año del gobierno popular.


Manuel Beltrán.

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