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OPOSICIÓN POLÍTICA PAGADA

  • Foto del escritor: Manuel Beltran
    Manuel Beltran
  • 16 abr 2023
  • 3 Min. de lectura

Tal y como lo advierte el dicho popular, el ladrón juzga por su condición. Los que acusan al gobierno de repartir mermelada, lentejas o cualquier otro tipo de comida son los que siempre han sido financiados por los sectores más acomodados del país. En este tiempo de cambio no ha desaparecido esta práctica. Los que tanto se oponen a las reformas estructurales, que el pueblo eligió en las urnas, han recibido dineros y tienen vínculos directos con los sectores económicos que se oponen ferozmente a las iniciativas del gobierno encabezado por Gustavo Petro. La reforma a la salud, la primera de las transformaciones fundamentales, ha demostrado este hecho a través de múltiples ejemplos, que analizaremos en esta columna.


Los partidos tradicionales, que han intentado sabotear una y otra vez la reforma, recibieron financiación de la extinta y corrupta Saludcoop para que no la intervinieran. La verdad es que estaba tan quebrada, que nada pudo evitar su liquidación (lo mismo que pasará con todas las EPS). Sin embargo, este tipo de dineros sí influyeron para que la reforma a la salud de 2013 no tocara a las EPS. Cabe preguntarse, si esto se está repitiendo para hundir el proyecto de ley. Las respuesta es que sí. El país ha conocido denuncias muy serias al respecto. Según estas, las empresas del sector salud estarían haciendo lobby en el congreso para impedir el trámite y posterior aprobación de la medida. Es posible que no solo sea a congresistas. Por la cantidad de mentiras que dicen los medios y algunos comentaristas de la derecha, parece que están comprando a muchas más personas.


Las portadas de algunos pasquines de la derecha en contra de la reforma a la salud han sido de un cinismo difícil de imaginar. Lo mismo pasa con noticieros de televisión y programas de radio, que no han hecho otra cosa que inventar y promover chismes y mentiras contra la reforma y la ministra Carolina Corcho. Han intentado convertirla en la culpable de todo, de caricatirurizarla como una radical activista. Quisieran enfrentarla con el presidente y que perdiera el apoyo de las bases. Pero es una trampa bastante miope. Se ha explicado hasta el cansancio que no solo es la reforma de la ministra; es, antes que nada, la reforma del presidente, del gobierno y de todos los colombianos que apostaron por el cambio. La explicación salta a la vista: esos medios son propiedad de los mismos dueños de las EPS y no quieren perder el negocio.


Por otro lado, la estrategia de impedir el debate de la reforma en el Congreso de la República saca a la luz la identidad antidemocrática de la oposición de derechas. Demuestra, además, que los mismos de siempre no tienen intenciones de transformar al país; pretenden que todo siga igual. Lo que no calcularon es que estaban moralmente impedidos para imponerle su voluntad a los congresistas de dichos partidos tradicionales. Se ha demostrado que esos jefes politiqueros tienen vínculos estrechos con las EPS. Algunos son socios o fueron financiados por estas para sus campañas electorales. Otros han hecho carrera pidiendo los cambios que la reforma contiene, pero ahora se oponen a estos porque se quedarían sin la demagogia para conseguir votos de incautos. Por eso los congresistas conservadores y de La U firmaron la ponencia y cada vez más liberales se suman a la iniciativa. El juego hipócrita de los jefes de los partidos era insostenible. La reforma está más fuerte que nunca.


Todos estos intentos de sabotaje y engaño son los que llevan al presidente a pedir más participación de las bases populares. El pueblo debe defender las reformas que eligió en las urnas. No es suficiente con haber votado. A medida que transcurre el gobierno, va quedando claro que las reformas necesitan el respaldo de la gente y que la estrategia de la derecha para sabotearlas consiste en poner a la opinión pública en contra mediante embustes de todos los tipos. La lucha por la reforma a la salud se ha convertido en un caso decisivo. Es un pulso que definirá el rumbo del gobierno de cambio, el devenir de las reformas y la participación directa de los ciudadanos en la vida política del país. El tiempo dirá si los voluntarios que trabajan por el bienestar de la mayoría triunfan o se imponen los mercenarios al servicio de la minoría que se adueñó de todo.


Manuel Beltrán.



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