NARCO COLONIA

Década Ganada y La Traición

La primera parte del siglo veintiuno significó para el Ecuador una época de renacimiento y desarrollo, que maravilló a toda la región, a propios y extraños. Luego de expulsar del poder, uno por uno, a la partidocracia de siempre, la Revolución Ciudadana transformó la Constitución del país y la realidad del pueblo, que empezó a ser admirado en el continente. Los logros en infraestructura, el combate existoso contra la pobreza y la desigualdad, el crecimiento constante de la economía fueron ejemplos para todos los países de Latinoamérica. Además, Ecuador adquirió una relevancia geopolítica que nunca había tenido. Fue capaz de contradecir a EEUU, pese a tener la economía dolarizada, exigió el retiro de la base militar estadounidense de Manta y otorgó el asilo político y humanitario a Julian Assange. Ecuador dejó de ser marioneta y se convirtió en un bastión del primer ciclo progresista de la región. Pero luego vino la traición de Lenín Moreno y todos los logros se lanzaron por la borda. Rápidamente, Moreno pasó a estar del lado de los que perdieron las elecciones, dando la espalda a la voluntad popular expresada en las urnas. El plan de gobierno cambió y se empezó a implantar nuevamente el modelo neoliberal de forma muy agresiva. El vicepresidente, Jorge Glas, quiso oponerse, pero fue encerrado mediante un proceso judicial amañado. De forma inconstitucional, se cambiaron los órganos de control y se metió mano en la justicia. Comenzó una cacería de brujas frente a todo lo que tuviera que ver con el gobierno de Rafael Correa. Se llevó a muchos al exilio, incluyendo al mismo expresidente de la Revolución Ciudadana. Ecuador se convirtió en una dictadura con el aval de la derecha regional y el imperialismo gringo, que aplaudía con aspavientos.

Sometimiento a EEUU

Uno de los primeros actos de sometimiento del Ecuador a los intereses de EEUU fue la entrega de Julian Assange por parte del gobierno de Moreno a los británicos. No solamente se estaban violando los derechos humanos de un asilado, no solamente se asesinaba a la libertad de prensa a nivel mundial, Ecuador también entregó su soberanía, a cambio de que la administración trumpista sostuviera al impopular Lenín Moreno, que muy rápidamente se ganó el repudio de la población. Esta servidumbre bochornosa llevó al país alinearse con la derecha regional. Ecuador se convirtió en miembro del infame Grupo de Lima y aupó para que se diera un golpe de Estado o una intervención en Venezuela. Sin embargo, lo más peligroso para los ecuatorianos se desarrolló en las sombras. El caso de los periodistas asesinados por narcotraficantes en la frontera con Colombia fue la estocada definitiva para un Ecuador que quedó postrado nuevamente ante EEUU. El gobierno de Lenín Moreno no hizo nada para proteger o salvar la vida de los periodistas, pero sí se valió del caso para reactivar la presencia militar de facto de los estadounidenses en el territorio ecuatoriano, aunque ya no existiera la base de Manta. La excusa de combatir el narcotráfico se ha caído por su propio peso. Entre más "ayuda" EEUU a Ecuador, más rápido se convierte en otro narco Estado. Esto también llevó a Ecuador a quedar supeditado a la extrema derecha colombiana.

Malas Compañías (Colombia)

A Estados Unidos le gusta delegar su dominación en otros vasallos regionales de "mayor confianza", a eso se refieren cuando dicen que Colombia es su socio más importante en esta zona. Nigeria cumple este rol en África, Alemania lo hace en el este de Europa, Japón en Asia y Australia en Oceanía. En este caso también existió un interés económico, aunque sea de un negocio ilegal. La nueva relación entre Colombia y Ecuador, que se habían llevado mal en los tiempos de Correa, constituyó una ruta segura para la salida de la cocaína colombiana hacia EEUU. No es casualidad que en aquel tiempo de dispara los problemas del narcotráfico en Nariño, Buenaventura, etc. Las masacres anunciaban la llegada de las mafias, con el aval de ambos Estados. No se equivocaron los que anunciaron que Ecuador no se convertiría en una Venezuela, sino en una Colombia de las peores épocas del narcotráfico. Colombia le enseñó a Ecuador a ser una narco colonia. Por aquel tiempo también se hizo famoso un personaje que fue dado de baja en múltiples ocasiones y siempre acabó reviviendo: Guacho. Detrás de todas estas cortinas de humo se fue gestando la complicidad de los dos Estados con la mafia. Pero la peste no se quedó en la frontera, se extendió por todo el país, aprovechando el desmonte del Estado nación que todo proceso neoliberal trae. De un país con los mejores indicadores de la región en materia económica, pasó a sufrir una crisis brutal, que se agravó de manera profunda con la pandemia. Aún se recuerdan los cadáveres por las calles de Guayaquil.

La Resistencia

Sin embargo, el pueblo ecuatoriano plantó resistencia. En 2019 llevó a cabo un estallido social heroico que buscó detener la pérdida de conquistas sociales y soberanía. Ecuador era un país conocido por derribar presidentes. En esta ocasión la historia fue diferente. La represión, con apoyo extranjero, fue capaz de mantener a Moreno en la presidencia, pese que tuvo que cambiar la sede de gobierno de Quito a Guayaquil. Luego, vino la pandemia y todo quedó postergado para las elecciones de 2021. La derecha fue capaz de sostenerse en el poder, pese al inmenso rechazo de la nación a Lenín Moreno. Al principio parecía que el retorno de la Revolución Ciudadana era inevitable, pero la interferencia de la extrema derecha colombiana ayudó a revertir las cosas. El fiscal colombiano viajó a Ecuador para acusar al candidato de izquierda de ser patrocinado por el ELN. Los medios agrandaron la mentira y el resultado dio como nuevo presidente al banquero Lasso. Ecuador seguía hundiéndose en el fango. El nuevo ejecutivo fue la continuación de Moreno, aunque Lasso intentó mantener un perfil más bajo a nivel geopolítico, ya que había empezado el segundo ciclo progresista y las cosas habían cambiado en la región. Rápidamente Lasso perdió la mayoría en la Asamblea y sus contra-reformas fueron frenadas. La ineptitud, rechazo popular y la corrupción pusieron al banquero contra las cuerdas. De a poco se veía que el cambio era inevitable. Lasso fue llevado a un juicio político y la derecha colapsó. Al fin, tanta lucha empezaban a ser una luz al final del túnel.

La Esperanza

Guillermo Lasso da un golpe de Estado para huir hacia adelante, por medio de una muerte cruzada, que obliga a nuevas elecciones generales, pero que se decreta de manera inconstitucional. El único propósito de Lasso es escapar del juicio político que ha demostrado su corrupción rampante. En vez de ser destituido, se quedó gobernando por decreto hasta las elecciones. Sin embargo, el sector popular y de izquierda acepta ir a los comicios con la esperanza de salir al fin de ese pozo sin fondo en el que se hundió el país. Además, todas las encuestas favorecieron desde un inicio a la candidata de la Revolución Ciudadana, Luisa González, con altas posibilidades de ganar en primera vuelta. Pero la derecha sacrificó a uno de los suyos, en un magnicidio que a todas luces busca impedir la realización de la voluntad popular de cambio. La mafia asesinó a Fernando Villavicencio para impedir el triunfo de la izquierda y no soltar el poder. De forma simultánea, apenas se conoció el asesinato, una horda de mercenarios mediáticos de la derecha salió a culpar al expresidente Rafael Correa. Pero a la única que le convenía esa muerte era a la derecha. El futuro de los ecuatorianos depende de no caer en las mentiras del odio. La única salida para el Ecuador es echar del poder a la mafia en estas elecciones. No debe caer en el terror, sino vencer en primera vuelta. Solo así podrá recuperar el progreso y dejar de ser un narco Estado o narco colonia, dejar la desigualdad, la violencia y las masacres. Del pueblo ecuatoriano depende su futuro, de él depende salir de sus verdugos locales y extranjeros.

Manuel Beltrán.