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GUERRA FRÍA: SEGUNDA ETAPA

  • Foto del escritor: Manuel Beltran
    Manuel Beltran
  • 24 sept 2023
  • 7 Min. de lectura

Actualizado: 1 oct 2023

Introducción.


La Guerra Fría recibe este nombre porque emplea métodos diferentes a los de los conflictos convencionales. La propaganda cobra un papel preponderante, aunque todo enfrentamiento pueda calentarse y al final terminar en una guerra abierta. Las armas no necesariamente son tanques y fusiles, los medios de comunicación y otras formas de difusión se transforman en el arsenal predilecto. La Guerra Fría es la madre de los conflictos de baja intensidad, la guerra psicológica y los golpes de Estado. También se llama Guerra Fría porque las potencias en disputa no se enfrentan directamente, sino que lo hacen a través de países más pequeños. Esto significa, después de la Segunda Guerra Mundial, que la Guerra Fría tramitó el paso del mundo colonial al mundo posmoderno en el que supuestamente murieron los grandes relatos. La verdad es que la Inquisición Capitalista solo buscó eliminar el gran relato del comunismo, mientras solidificaba para la "eternidad" el relato liberal con el cuento del "fin de la historia".


El primer asalto.


Japón fue el último episodio de la Segunda Guerra Mundial y, a su vez, el primero de la Guerra Fría. El Imperio del Japón fue el ala del fascismo en Oriente. Con una concepción del mundo anclada al pasado imperialista, los japoneses se lanzaron a la conquista del mundo en nombre del emperador, al que consideraban un ser divino, una deidad en la tierra. El supremacismo de los japoneses solo fue comparable al de los nazis. Gracias a un poderoso desarrollo armamentista, los japonés invadieron Asia sin mayor dificultades. Se apoderaron de media China, de Corea y casi todos los países insulares, como las Filipinas o Indonesia. La propaganda japonesa afirmaba que su lucha era por la "liberación" de estas regiones, sometidas antes por el yugo occidental. Esto llevo al choque con EEUU. Japón resistió la embestida estadounidense con una fe ciega en el emperador, por el que sacrificaban la vida los kamikazes. Esto permitió que los soviéticos pudieran desplegar su fuerza en oriente, una vez vencieron a los nazis en occidente. Para evitar compartir la victoria sobre el Japón y alejar al Ejército Rojo del resto de Asia, los EEUU emplearon las 2 bomba nucleares sobre Hiroshima y Nagasaky. Así que estos ataques contra la humanidad de millones de japoneses más que terminar la Segunda Guerra Mundial, empezaron con la Guerra Fría.


Los japoneses se resistían a rendirse a los EEUU y esperaban que la URSS, con la que tenían un pacto de no agresión, fuera un mediador de peso para llegar a una paz que no significara una humillación. Sin embargo, la Unión Soviética sabía de la importancia de no quedarse de brazos cruzados en esta región del mundo. Stalin no se equivocó al tomar Manchuria, China, y llegar hasta Corea. Como sabemos hoy, esto determinó el mundo hasta nuestros tiempos. Al verse rodeado por las dos nuevas potencias que dirigían el mundo, Japón no tuvo más opción que rendirse. Esta teoría, o perspectiva, rebate el hecho supuesto de que fueron las dos bombas nucleares las únicas causas de la derrota japonesa. La propaganda estadounidense se negó a compartir la victoria con los soviéticos, amparada en la brutalidad de la bomba nuclear. Es decir, EEUU no solo buscó doblegar al Japón, sino someter a todo el planeta a su poder como única potencia hegemónica. Los japoneses, entonces, tenían dos opciones: rendirse ante los soviéticos o frente a EEUU. Lo hicieron ante estos últimos porque les garantizaron la continuidad del trono del emperador, los soviéticos exigían el fin de la monarquía y una transformación profunda del país. Los Estado Unidos dejaron impunes al führer de Asia y a su corte de genocidas para que se convirtieran en aliados del bando capitalista y agentes de la guerra anticomunista. Tal vez, EEUU hubiera hecho lo mismo en Alemania, si el Ejército Rojo no hubiera entrado primero en Berlín. Japón se convirtió así en la vanguardia de Occidente contra el comunismo en esta región. La propaganda mostró a EEUU como el único vencedor y limpió los brutales crímenes de guerra del emperador nipón. Los japoneses participaron como agentes anticomunistas en la Guerra de Corea, en el genocidio en Indonesia o en la Guerra del Vietnam.


Genocidio oculto.


Indonesia quizá constituya uno de los episodios más siniestros de la Guerra Fría, aunque el genocidio de millones de comunistas haya sido invisivilizado por los grandes medios propagandísticos del capitalismo. Indonesia hacía parte del imperio colonial de Holanda, que, al igual que otras potencias, se desarrolló gracias al expolio de sus colonias de ultramar. Sin embargo, con la invasión de los nazis sobre los holandeses, Indonesia emprendió el camino para su independencia, que contó en un principio con el reconocimiento de EEUU y la Unión Soviética. En el naciente país asiático, surgieron dos partidos políticos poderosos. Muy similar a lo que pasó en China y otros países cercanos, hubo un partido nacionalista y otro comunista. Sin embargo, a diferencia de otros lugares, estos partidos no se enfrentaron, sino que cooperaron entre sí, a través del primer presidente que tuvo Indonesia, que había encabezado el proceso independentista: Sukarno. Esto llevo a que el país tuviera una política progresista y una postura geopolítica bastante independiente. Indonesia y Sukarno fueron protagonistas de primer orden en la creación del Movimiento De Países No Alineados. Esta postura le permitió tener relaciones amistosas con ambos bandos de la Guerra Fría, sin tomar partido por ninguno. Indonesia sostenía buenas relaciones con el bloque socialista, lo cual fue visto como una amenaza por EEUU, que ya recelaba de que el Partido Comunista, el tercero más grande del mundo en ese momento, tuviera tanta influencia sobre el gobierno. En la década de los sesenta se desató la Guerra Fría en Indonesia y la inquisición sobre los comunistas.


La propaganda anticomunista afirmaba que el partido comunista en Indonesia planeaba un golpe de Estado contra Sukarno para implantar el modelo soviético. Además, a los comunistas se les achacaba cualquier mal o desgracia que pudiera suceder. Mientras tanto, se conformó un aparato paramilitar que fuera capaz de exterminar a un millón de militantes en tan solo un año (1965-1966). A los comunistas indonesos se les acusó falsamente de un levantamiento y del asesinato de seis generales de la república. Sukarno aún estaba en el poder, sin embargo, esto no impidió que empezara la masacre. Los comunistas eran asesinados en masa y de manera pública, de la forma más salvaje posible, con machetes, linchados y hasta quemados vivos. Sukarno fue derrocado y se implantó la dictadura de Suharto, que duró varias décadas en medio del baño de sangre, la corrupción más abyecta y el apoyo económico de las potencias occidentales, encabezadas por EEUU, al que ya no le interesaba predicar la libre autodeterminación de los pueblos. Los medios occidentales celebraron la caída de los comunistas y nunca expusieron a Suharto como el tirano genocida que era. Este exterminio, completamente planificado, aún sigue oculto para la gran mayoría de la opinión pública. En Indonesia reina la impunidad. La propaganda anticomunista se encargó de mostrar a los genocidas como salvadores, que aún reciben honores por sus crímenes.


Del populismo al anticomunismo.


Perón fue derrocado y exiliado en 1955 por una dictadura que se autodenominó "Revolución Libertadora". A Perón se le acusaba de comunista, aunque esto era completamente absurdo. Perón hizo parte de un grupo de militares latinoamericanos que asumieron posturas nacionalistas y populares, como una forma de apartar al pueblo, precisamente, de las ideas comunistas. Aunque Perón llevó a cabo políticas a favor de la clase obrera, estaba muy lejos de ser un comunista; por algo se refugió en la España franquista. La propuesta de Perón consistía en una convivencia pacífica y armónica entre el trabajador y el patrón, donde se mantenía el estatus quo inalterable, pese a que se mejoren las condiciones laborales. La tal Revolución Libertadora fue reemplazada por otra dictadura, que también uso un nombre de lo más absurdo: "Revolución Argentina". Como se puede ver, hoy en dia no es la primera vez que la extrema derecha argentina usa esloganes de libertad, revolucionarios o populares para implantar un modelo dictatorial. Hoy, el fascista Milei pretende hacerse elegir con lemas de libertad, mientras prepara la opresión del pueblo. Lo mismo sucedió durante el exilio de Perón, las dictaduras lucían falsos ropajes libertarios. Sin embargo, lo sucedido con el posterior retorno de Perón demostró las profundas contradicciones que también se albergaban en el seno del peronismo, que acabó dividido en una ala de derecha y otra de izquierda, lo cual abrió el paso para otra dictadura, la de Videla.


Desde el exilio, Perón fomentó la creación de milicias armadas que hicieran tambalear la dictadura de la tal Revolución Argentina, que estaba entregada de pies y manos a los anglosajones. En Argentina surge un peronismo más a la izquierda, que abraza sin vacilaciones el socialismo y concluye que es el camino indicado para lucha de la clase trabajadora. Está corriente se va a enfrentar al peronismo ortodoxo, que rechaza las ideas socialistas El movimiento popular logra derrotar a la dictadura, se producen elecciones y el retorno de Perón. Sin embargo, la división del movimiento crea una profunda crisis. Los peronistas de derecha atacan a bala a los de izquierda, cuando se esperaba el vuelo de regreso de Perón. La confrontación llega a tales niveles, que Perón toma partido y lo hace por los derechistas, como era de esperarse. La izquierda peronista es empujada a la clandestinidad. Esto provoca la renuncia de Ocampora a la presidencia, que representaba a los sectores de izquierda. Perón gana los nuevos comicios, pero la deriva derechista lo arrasará todo. El nuevo gobierno de Perón asume una postura anticomunista y lucha contra la "subversión". La izquierda se radicaliza y opta por la lucha armada. Perón enferma y muere. El gobierno queda en manos de su viuda, que ocupaba la vicepresidencia. Esta asume una postura sumisa frente a las FFMM y profundiza la represión. En realidad, ya gobernaban los militares que, en 1976, dan el paso definitivo para implantar la dictadura de Videla y sus compinches. Estos hechos explican por qué el peronismo está dividido en dos aún en la actualidad. Massa no representa a la izquierda, es otro derechista, aunque no sea de la extrema como Milei o Bullrich. La izquierda peronista vendría a tener su momento con el kirchnerismo, que hoy, como ayer, está nuevamente vetado del proceso electoral, gracias a la persecución contra CFK. Aunque esto ya hace parte de la siguiente etapa de esta historia.


Manuel Beltrán


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