
EN LA BOCA DEL LOBO
- Manuel Beltran
- 22 abr 2023
- 3 Min. de lectura
Henry Kissinger solía decir que ser enemigo de EEUU es peligroso, pero ser su aliado puede ser fatal. Esto es fácil de comprobar con tres aliados a los que Estados Unidos liquidó o abandonó: Sadam Hussein, Noriega y los afganos a los que les dio la espalda hace pocos meses. Bajo esta realidad se debe analizar la gira del presidente Petro por el imperio del norte; más aún, cuando los mismos agentes imperiales califican a Colombia como "la llave maestra", "la piedra angular" o, como nosostros le decimos, "la joya de la corona".
No hay que confundirse ni dejarse embelesar por los halagos y aplausos que brindaron al mandatario colombiano. La gira del presidente fue brillante. El jefe de Estado demostró una maestría y una solvencia admirables. En especial, se mostró enigmático, imposible de descifrar. Se permitió actuar con independencia. En la rueda de prensa con Biden, Petro parecía el anfitrión. Manejó las conversaciones e impuso los temas. Pero no podemos engañarnos. Hay algo falso en todo ese ambiente. Esas sonrisas hipócritas tienen segundas intenciones. Debemos recordar cuando a Pedro Castillo lo recibieron de igual manera y hoy lo tienen en una mazmorra, después de pisotear el propio sistema interamericano, dar un golpe de Estado y meter preso, sin juicio, a un presidente electo democráticamente.
Sin embargo, hay una gran diferencia: la preparación del presidente Petro. Bien se dice que este hombre se preparó toda su vida para dirigir a Colombia. Vamos a puntualizar en algunos aspectos de la gira que demuestran está hipótesis. Lo más importante es que, gracias a estos, el presidente está procurando preservar la independencia de Colombia en una relación tan desigual como la que hay con EEUU.
El caso Venezuela
Algunos dicen tontamente que el presidente de Colombia fue con la agenda de Venezuela. Este tema es central para la nación neogranadina, pues ha perdido miles de millones de pesos por culpa del bloqueo contra su vecino (impuesto por Estados Unidos). La verdadera puja en estos momentos es por el futuro del bloqueo, no por quién ganará las elecciones. Es evidente que Maduro tiene todo para reelegirse después del desastre y corrupción de Guaidó. Pero EEUU no aceptará esta derrota, gritará fraude y seguirá con el bloqueo. Entonces presionará a Colombia y al resto de Latinoamérica para que lo secunden. El presidente Petro lo digo sutilmente, pero en muchas ocasiones: Colombia no está de acuerdo con el bloqueo, es inhumano y le trae miles de millones en pérdidas.
La Carta Antidemocrática
Así mismo, el presidente cuestionó la Carta Democrática de la OEA y lo hizo de una forma diplomática, aunque firme. Mientras Pedro Castillo esté preso, después de pisotear sus derechos elementales, no se puede presentar dicha carta como un manual a seguir o un modelo de derechos humanos. Se lo dijo en la cara a Luis Almagro, que promovió el golpe de Estado en Perú a nombre de la OEA. En consecuencia, la OEA no tiene ninguna autoridad moral para condenar a Venezuela y obligar a Colombia y demás países a imponer sanciones unilaterales. Colombia ya no se prestará para ningún "cerco diplomático". El objetivo de Colombia es la unidad latinoamericana.
Interdicción
Por otro lado, no se habló en ningún momento de fumigación ni de erradicación forzosa. El presidente no solo consiguió que el tema del narcotráfico no fuera el central, sino que además se abordó bajo sus términos. La política en esta materia entre los dos países girará en torno a la interdicción de los cargamentos de los grandes capos y no en golpear al campesino ni envenenar los ríos y la tierra. El presidente Petro ha podido llevar la relación a la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, aquí hay que señalar que esto es un arma de doble filo. La cooperación de EEUU nunca es gratuita y nuestra seguridad y cuidado de nuestra naturaleza estarán mejor entre más independientes seamos. Eso sí, el presidente ha demostrado que anteriormente EEUU imponía todo por la voluntaria sumisión de la oligarquía colombiana.
Un presidente, un acertijo
Algunos consideran que Petro es un sujeto idealista y utópico. La falsa izquierda de panfleto dice que el presidente cede demasiado a los EEUU. Ambas conjeturas no van más allá de lo aparente. El lenguaje, las formas y los discursos del mandatario tenían la clara intención de mantener la independencia en sus acciones. El estilo del presidente le permite no ligarse a los intereses de los otros, sino que convierte las relaciones diplomáticas en un acto en donde ganan ambas partes. Petro se muestra enigmático, esquivo, a veces usa un lenguaje lleno de figuras retóricas, que le permite priorizar los intereses de Colombia. Y es que la relación de sumisión de Colombia y EEUU lleva 200 años; no se va a romper de la noche a la mañana. Ante dos países tan desiguales en todos los aspectos, vale más las astucia y la sagacidad.
Manuel Beltrán.
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