
El ESEQUIBO ES EL DORADO
- Manuel Beltran
- 10 dic 2023
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 11 dic 2023
Introducción
La guerra imperialista llama a las puertas de Latinoamérica. La disputa territorial por el Esequibo entre Venezuela y Guyana es un polvorín que podría arrastrar a toda la región hacia la barbarie. Sin embargo, sería bastante cándido asumir esto como un simple conflicto territorial o como una estratagema publicitaria del gobierno chavista. El Esequibo es un jardín de recursos naturales, especialmente en petróleo, que sentarían muy bien a un imperialismo occidental en guerra en Medio Oriente y al este de Europa. Por supuesto, estas ambiciones imperialistas también buscarían derrocar al gobierno bolivariano en Venezuela y, por tanto, poner orden en el supuesto "patio trasero". Por ende, en vista de las provocaciones, Latinoamérica debe responder unida por la paz entre pueblos hermanos. Colombia, en particular, debe abogar por la salida negociada y pacífica de esta situación tan enrevesada que ha creado el imperialismo del Reino Unido y EEUU. La región debe seguir siendo una zona de paz, como lo promulgó la CELAC, y debe aprovechar esta situación para ejercer su soberanía. Por supuesto, también debe primar el derecho; para este artículo, es claro que el Esequibo es de Venezuela y, más aún, que es ilegal que Guyana otorgue licencias en una zona en disputa.
Una historia común
Más allá del Orinoco, quedaba una región tan rica en recursos naturales, especialmente oro, que muchos pensaron que podría tratarse del verdadero El Dorado. Jiménez de Quesada, el mismo que invadió y fundó Santa fe en nombre del imperio español, se interesó por esta zona al oriente. Sin embargo, fue su pariente Antonio de Berrío el que más tiempo le dedicó a explorar esta zona. Así nace la Provincia de Guayana, bajo control de Santa Fe hasta 1777, cuando esta pasó a estar dirigida por la recién creada Capitanía de Venezuela. En todo este tiempo, el límite oriental de dicha provincia fue el río Esequibo, como hoy reclama Venezuela. En la Independencia, la provincia de la Guayana contribuyó con hombres y materias primas. Lo que hoy conocemos como la Gran Colombia también tenía como su frontera oriental al río Esequibo. Solo fue hasta la separación de Venezuela y Colombia, en el devenir del siglo XIX, que Reino Unido empezó a correr la frontera de la entonces Guayana Británica hacia el occidente, con lo cual se adueñaba de territorio venezolano. El país sudamericano tardó en reclamar, debido a sus crisis internas, y solo lo hizo después de la mitad de la centuria. Venezuela consiguió que hubiera un laudo arbitral internacional, no obstante, fue excluida del tribunal, que estaba conformado por 2 británicos, 2 estadounidenses y un ruso. Al final, el fallo le dio la razón a Reino Unido; Venezuela siempre denunció esta artimaña. Hacia la década de los sesenta del siglo pasado consigue que Reino Unido ceda para buscar otro mecanismo de resolución, pero allí el imperio europeo le otorga la independencia a la guayana bajo su dominio, que pasa a llamarse la República Cooperativa de Guyana. Sobra decir que la dominación británica nunca ha cesado y que se expresa en otras disputas territoriales con Surinam, a quien Guyana arrebató por la fuerza la región conocida como el Tigri.
Fiebre de petróleo
En realidad, Venezuela no ha invadido a Guyana ni ha anexionado ningún territorio por la fuerza; eso es una mentira construída por la propaganda de la derecha. Quizá esa era la respuesta que esperaban los actores regionales que adversan con el gobierno venezolano. La verdad es que Venezuela buscó un mecanismo pacífico y democrático para levantar su denuncia ante el mundo: un referendo ciudadano. Al final, lo que queda claro es que lo más importante es la denuncia de que Guyana está dando concesiones petroleras en una zona en disputa territorial, lo cual atenta contra el derecho internacional. Eso sí, Venezuela ha advertido a la Exxon Mobil que abandone esos proyectos o será expulsada de la región, cosa que ha hecho Surinam con otras empresas en la zona del Tigri. Pero los enemigos de la paz regional buscan una razón para justificar la intervención de potencias militares como EEUU y Reino Unido, lo cual sería perder la soberanía regional. Ya no solo estaríamos encadenados a la doctrina Monroe, sino volveríamos a un colonialismo anterior. Por lo pronto, este nuevo imperialismo desde las sombras busca seguir sacando el petróleo del Esequibo, ante el estancamiento y posibles fracasos en Ucrania y Gaza. En vez de levantar el ilegal bloqueo contra Venezuela, el imperio busca lo de siempre: adueñarse del petróleo. Son los mismos piratas de ayer y hoy que se quedaron con las reservas de oro de Venezuela por medio de la presidencia falsa de Guaidó.
El Dorado no es suficiente
La zona del Esequibo siempre ha sido un lugar de disputa imperialista. Desde los primeros conquistadores, se ha conocido que la riqueza natural de esta región es inmensa. Hoy en día se sabe a ciencia cierta que los yacimientos de petróleo son impresionantes, además de la abundancia de minerales valiosos como el oro y el coltán. La riqueza silvestre es incalculable, así como las fuentes hídricas. También es un lugar estratégico para conectar el Caribe con la Orinoquía y el Amazonas. No es raro entonces que españoles, portugueses, holandeses y británicos se hayan disputado esta zona. Pero el dominio español hasta el borde occidental del río Esequibo nunca se perdió, y así se mantuvo con la independencia. Ni holandeses ni portugueses pudieron pasar de esta frontera fluvial. Así que los británicos, que recibieron esta posesión de los holandeses, solo pudieron pasar aquel río mediante artimañas. Hoy en día ver de canciller británico al mismo ex primer ministro que impulsó el Brexit confirma que aquel viejo imperio quiere volver sobre sus pasos e intenta recuperar su gloria perdida. El Esequibo es un buen botín, aunque EEUU se llevaría la mejor tajada. Estos hechos son irrefutables, con una Exxon Mobil que sigue bombeando petróleo con permisos espurios de Guyana. No basta para distraer el cuento de que es una cortina de humo preelectoral.
Hermanos
Mientras las petroleras de EEUU y Reino Unido sigan bombeando petróleo del Esequibo, no será solo propaganda chavista. La oposición venezolana y la derecha regional pregonan, para camuflar a sus amos imperiales, que todo es una treta para saltarse las elecciones en el país bolivariano. La verdad es que este tema les incomoda porque destapa que, al igual que la autoridades títeres de Guyana, la oposición venezolana obedece a los mismos intereses de esas potencias. Por eso uno de los mandatos del referendo es que Venezuela entre a competir otorgando sus propias concesiones. Entonces, también mienten los que dicen ciegamente que Colombia debe ponerse del lado de Guyana. No solamente no debe hacerlo por todos los lazos históricos con Venezuela a los que hemos hecho alusión, también porque la vuelta a una época colonial de forma tan directa es lo que menos le conviene a la región. Al contrario, el papel de Colombia debe ser el de fomentar la soberanía de nuestros pueblos y que la injerencia de estas potencias sea cada vez menor. Por eso no se puede embestir al pueblo de Guyana y se debe diferenciar de su gobierno. Hay que fomentar la resolución pacífica y soberana entre Venezuela y Guyana, sin la interferencia de potencias foráneas. Al ver el caso del Esequibo, de Guyana, Surinam y la presencia colonial de los franceses en lo que se aún se conoce como Guyana Francesa, nos recuerda que la Independencia no está culminada y esta solo se concretará mediante la unidad.
Manuel Beltrán
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